¿De dónde provienen la mayoría de averías de los neumáticos?
La mayoría de las averías de los neumáticos provienen de varios factores, entre los que destacan los siguientes:
1. Impactos con objetos o superficies
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Baches, bordillos, piedras o escombros en la carretera pueden causar daños internos o visibles, como pinchazos, cortes o deformaciones.
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Los impactos fuertes pueden provocar desgarros en los flancos, que no siempre son reparables.
2. Presión inadecuada
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Presión baja: Aumenta la superficie de contacto con el suelo, generando más fricción, calor y desgaste irregular (especialmente en los bordes). También puede hacer que el neumático reviente más fácilmente.
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Presión alta: Provoca desgaste en el centro del neumático y reduce el agarre, aumentando el riesgo de daños por impacto.
3. Desgaste excesivo o irregular
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Circular con neumáticos desgastados (menos de 1.6 mm de profundidad legal) reduce la capacidad de tracción y aumenta el riesgo de aquaplaning y reventones.
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El desgaste irregular suele deberse a problemas de alineación, suspensión o balanceo.
4. Daños por objetos punzantes
Clavos, tornillos, cristales y otros elementos en la vía pueden provocar pinchazos. Si el neumático se sigue usando sin repararlo, puede sufrir daños irreversibles.
5. Defectos estructurales o envejecimiento
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Neumáticos caducados o mal almacenados pierden elasticidad y se agrietan.
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Las burbujas o protuberancias pueden indicar una falla interna, como la rotura de las lonas.
6. Sobrecarga
Llevar más peso del permitido por el índice de carga del neumático acelera su deterioro y puede causar reventones.
7. Conducción agresiva
Frenadas bruscas, aceleraciones fuertes y tomar curvas a alta velocidad aumentan el desgaste y la temperatura del neumático.